Nací en época de austeridades y pocas casas estaban decoradas con cuadros. Pero, por haber vivido en Madrid, desde muy pequeña conocí las pinturas del Museo del Prado.
Mis primeros recuerdos, la rueda de Las hilanderas... parecía que se movía. Los fusilamientos de Goya... esa sangre que casi llegaba hasta ti. Tardé mucho en entender la composición espacial de Las meninas, o sea que los personajes que pinta el Velázquez del cuadro estarían en el sitio donde yo lo estoy contemplando... ¡y todo eso representado en un plano¡ ¡Qué complicado! Las figuras de El Bosco, divertidas y trágicas. Los colores de El Greco...
Las pinceladas de Goya siempre han tenido un atractivo especial para mí. Forman un conjunto expresivo y luminoso del que, si te acercas, descubres parte del misterio.
Con todas estas vivencias decidí ponerme a pintar. El trabajo en la docencia impidió dedicarme plenamente a ello. Es una actividad laboriosa y difícil, pero con ilusión y asesoramiento de buenos profesionales he ido mejorando. Ahora tambien dispongo de más tiempo.
Tengo preferencia por el paisaje pero, cualquier tema con el que me sienta identificada, me parece interesante. Lo importante es captar la luz y expresarla por medio del color.
He participado en varias exposiciones pero esta virtual que presento en el Blog, de parte de mi obra, la dedico a mis familiares y amigos con todo el cariño.